¿Por qué sentarte frente a la cámara te hace sentir más cansado de lo que creías? Te ayudamos a saber cómo combatirlo.
“Zoom Fatigue”: ¿Qué es?
Desde Marzo, has dejado de arreglarte para ir a trabajar, de subirte a un autobús lleno de gente cada mañana, de sufrir los atascos en hora punta, de esperar la cola del microondas en la cocina de la oficina o de charlar con tus compañeros al lado de la cafetera. Desde que el mundo se cerró, has seguido trabajando desde casa, ahorrándote todo ese tiempo y desafíos y, sin embargo, te encuentras completamente cansado al final de cada jornada laboral, incluso más que antes.
Esto es lo que se ha denominado “Zoom Fatigue”.
En Speexx, como empresa internacional, estamos acostumbrados a hacer videollamadas globales semanales desde hace ya algunos años. Por ello, nos gustaría compartir qué hemos aprendido y lo que ya sabemos sobre cómo gestionar este cansancio generado por las reuniones a través de pantallas. Sigue leyendo para descubrir nuestros consejos y trucos.
¿Qué causa este cansancio?
Estás utilizando Zoom para reuniones de trabajo, reuniones familiares y encuentros con amigos. Algunos de vosotros incluso lo estáis utilizando para celebrar fiestas de cumpleaños a distancia o incluso celebraciones familiares como bodas, cumpliendo la distancia de seguridad. Por todo esto, no debería sorprendernos que estemos hartos de una interfaz determinada o una herramienta específica.
Además, las videoconferencias implican que tenemos que hacer más esfuerzo para procesar señales que no son verbales. Por ello, nuestros cerebros tienen que estar más atentos que de costumbre, analizando expresiones faciales, escuchando atentamente el tono y observando el lenguaje corporal de cada participante. Esto consume más energía de lo que creemos, y esta relación entre mente y cuerpo debe ir alineada.
Vernos a nosotros mismos en la cámara también puede agotarnos. Cuando somos demasiado conscientes de que estamos siendo observados, nos puede producir incluso pánico escénico. Empezamos a pensar de nuevo en cómo nos ven los demás, lo que decimos, lo desordenado que puede estar nuestro entorno y lo que nuestros compañeros de trabajo piensan sobre nuestras casas. Esto también consume mucha energía.
Sin mencionar la posibilidad de que las pantallas se congelen, los sonidos resuenen y un montón de cabezas flotantes te miren fijamente. En pocas palabras, ¡esto agota porque no es natural!
Cómo reducirlo
Os traemos algunos consejos que nos han funcionado en Speexx:
1. Evita mirarte a ti mismo
Como ya hemos mencionado, verse observado por los demás o verse a sí mismo hablando y gesticulando durante reuniones importantes puede ser tan incómodo como ver un vídeo de sí mismo en bucle: a muchos de nosotros nos produce rechazo.
¿Una solución fácil? Bloquear la función de auto-vista. Pero si no es posible cerrar esa ventana en la plataforma que estés utilizando, puedes cubrirla pegando un trozo de papel o un post-it en la pantalla.
Incluso puedes considerar apagar la cámara de vez en cuando, aunque generalmente recomendamos que la gente la deje encendida, para poder verse unos a otros y fomentar mejor la comunicación entre los equipos.
2. Realiza descansos frecuentemente
Tal y como lo harías de normal en la oficina, asegúrate de tomarte tu tiempo entre reunión y reunión, ya sean virtuales o presenciales. Está comprobado que los descansos nos hacen falta: intenta levantarte y caminar, estirarte, tomar un poco de agua o incluso hacer un poco de ejercicio.
Los límites y las transiciones son importantes y crean amortiguadores para ayudar a poner una parte de nuestras identidades a un lado para poder abordar mejor otra nueva tarea. Especialmente si vamos intercalando nuestras vidas privadas y profesionales durante el día.
Para más consejos sobre cómo mantener un equilibrio saludable entre trabajo y vida privada, puedes echar un vistazo a nuestro e-book sobre este mismo tema.
3. Organiza las reuniones
¿Cuántas veces has estado incómodo en una videollamada en la que todos hablaban al mismo tiempo y nadie sabía quién tenía que hablar después? Esto es aún más molesto cuando algunas de las personas reunidas tienen mala conexión a Internet y tienen que intervenir sobre el tema que está sobre la mesa en ese momento.
Para las llamadas profesionales o incluso personales, es útil establecer de antemano un orden del día por el que todos puedan guiarse durante la reunión. Si las interrupciones ya son lo suficientemente molestas en reuniones presenciales, durante las videollamdas pueden frenar la productividad incluso más. Tener un guión hará que estas reuniones sean más efectivas.
4. Diferentes herramientas para diferentes fines
Si usas Teams para trabajar, utiliza Zoom para asuntos personales. Si Zoom es la herramienta preferida de tu jefe, entonces sugiere a tus amigos y familiares utilizar FaceTime… Y existen así muchas otras alternativas con los mismos propósitos, como son Jitsi, Google Hangouts o Skype. Hay un montón de otras opciones, incluso gratuitas, en el mercado, cambiar de interfaz es otra de las mejores opciones para que tu cerebro oxigene cuando se deja de trabajar. Hemos recopilado algunas otras sugerencias para ti aquí.
En Speexx, utilizamos nuestro propio software para la formación de idiomas en las aulas virtuales. Durante los primeros meses de la pandemia, el tiempo medio de uso de estas sesiones aumentó hasta un 400%; afortunadamente parece que nuestros usuarios no padecen de “Zoom Fatigue”… Tú también puedes probar nuestra plataforma aquí, y establecer sesiones personales con tu tutor.
5. Limita las llamadas
Finalmente, aun de manera virtual, el pensamiento de “esta reunión podría haber sido un mail” sigue siendo real. El hecho de que todos estemos trabajando a distancia no significa que tengamos que estar conectados todo el tiempo, cuando en algunos casos un mensaje rápido de Slack o una llamada podría ser suficiente.
Especialmente cuando se trata de conversaciones individuales, o de reuniones más informales (reuniones que no requieren tomar notas), somos fans de caminar mientras charlamos. Incluso se está investigando que caminar pueda estimular la creatividad… Anima a tus compañeros a ponerse los auriculares inalámbricos o AirPods y ambos podréis dar paseos mientras habláis. ¡Esto también os permitirá hacer algo de ejercicio!
Adiós a la “Zoom Fatigue”
Esperemos que estos consejos te ayuden a combatir la temida “Zoom Fatigue”. Pero tal vez algo más importante que hay que recordar es que además de todo esto, estos días todos hemos estado experimentando sentimientos de angustia, miedo e inseguridad. Estos sufrimientos individuales también agotan. Así que lo mejor que podemos hacer es ser pacientes y flexibles y ayudar a los demás, ya sea a través de Zoom, FaceTime, Teams o alguna combinación de todas ellas. Debemos estar preparados para empatizar y cambiar y ver qué funciona mejor en cada una de nuestras organizaciones.