El inglés como instrumento de self-branding
Antes de entender cómo el inglés puede convertirse en un factor clave en el desarrollo de tus habilidades personales y profesionales, definamos primero qué significa self-branding. El self-branding, o también la marca personal, es una estrategia de marketing que cualquiera de nosotros puede utilizar y que aprovecha la capacidad de un individuo para potenciar sus habilidades y cualidades para crear una imagen personal que sea útil para promocionarse en diferentes contextos, especialmente el laboral.
Dicho así, parece más fácil decirlo que hacerlo, pero hay algunos elementos que puedes tener en cuenta para iniciar tu propia campaña de auto promoción.
Más allá de tu nivel
Una de ellas, sobre todo hoy en día, es ser lo más internacional posible. Tener experiencia laboral o de estudios en otros países, hablar uno o varios idiomas, o simplemente haber viajado, puede ayudarte mucho a crear una marca personal fuerte y reconocible que te sea útil siempre que quieras o necesites un cambio, tanto en el campo laboral como en el personal.
Para iniciarte en este proceso de internacionalización personal, sería sin duda una buena idea aprender un nuevo idioma, por ejemplo el inglés, ya que actualmente es también el idioma más hablado del mundo en ambientes internacionales.
Pero, ¿cómo puede el inglés ayudarte a crear una imagen sólida de ti mismo? Empezar por estos puntos te ayudará a descubrirlo:
1) Escribir tu CV
2) Realizar una entrevista de trabajo, o una simulación de ella, o haz una presentación personal
3) Prepárate un “elevator pitch”
4) Realiza una presentación comercial
¿Serías hoy capaz de completar en inglés alguno de estos puntos?
Siguientes pasos
Si tu respuesta es afirmativa, sabes el esfuerzo que te ha costado, pero probablemente también sepas lo satisfactorio que es haber conseguido aunque sea uno de estos objetivos. Si tu respuesta es no, por el contrario, no hay problema, lo importante es ponerte con ello. Todas estas nuevas habilidades te ayudarán a consolidar tu imagen, además de demostrar habilidades que son muy útiles para la mayoría de trabajos actuales.
Invertir en el aprendizaje de idiomas tiene ciertamente implicaciones positivas, entre ellas:
1) Iniciar y cultivar un camino de crecimiento personal y profesional.
2) Ser capaz de responder activamente a los anuncios de empleo que requieran exposición internacional, o puestos que impliquen tener contacto con el extranjero.
¿Cuáles son los riesgos? Renunciar.
Si comienzas tu formación en idiomas, no te rindas y trata de aprovechar todo el tiempo y todos los canales que tienes a mano. No hay nada más frustrante que empezar un curso y dejarlo a medias.
No cabe duda de que saber inglés ya no es un capricho, sino una necesidad vital y real en el mercado laboral actual. Varios estudios han demostrado que tener un nivel intermedio de inglés te abre muchas más puertas no solo a nuevas oportunidades laborales, sino también al crecimiento de tu propia carrera profesional.
Así que podemos decir que:
1) Mejorar tu inglés, favorecerá tu imagen y tu posición en el mercado laboral.
2) Si nos tomamos el aprendizaje de inglés como un reto, nuestra motivación mejorará exponencialmente.
3) El inglés en su uso profesional favorece el crecimiento profesional de las personas, permitiendo adquirir nuevas habilidades y abriendo la puerta a nuevas oportunidades laborales.
Desarrollo y plan de acción
Aprender un idioma nuevo es un ejercicio muy enriquecedor para nuestro cerebro; su desarrollo favorece otras actividades que utilizan cierta parte de nuestro intelecto.
El aprendizaje de una lengua extranjera es algo accesible. De hecho, no importa si eres directivo o becario, tu deseo de mejorar y añadir habilidades a tu CV hará que tu perfil destaque por sí solo.
Si te preguntas cómo hacerlo, prueba a poner por escrito un «plan de acción» que te ayude a centrar tus objetivos, que, recuerda, deben ser siempre realistas y compatibles con el compromiso que puedas poner en un curso como éste.
Al final, seguro que podrás responder positivamente a preguntas como:
– ¿Qué me diferencia de los demás?
– ¿Soy la persona adecuada para este trabajo?
– ¿Estoy preparado para afrontar una entrevista en el extranjero?
Si ya sabes cómo responder a estas preguntas, ¡estás listo para comenzar!