Está surgiendo un nuevo modelo de organización con jerarquías más planas. Nuevas generaciones de empleados que tienen diferentes valores y priorizan la comunicación y un tipo de líder más humano y transparente. La transición hacia este liderazgo ha dado sus frutos durante 2020. Quantum Workplace encuestó a 470.000 empleados y descubrió que el compromiso de estos ha aumentado un 11% este año a pesar de la crisis y las habilidades de liderazgo han sido la base de este compromiso tan exitoso. Casi nueve de cada diez (88%) de los empleados estuvieron de acuerdo en que la frecuencia de comunicación de los líderes fue efectiva, y nueve de cada diez empleados dijeron que se sentían apoyados por sus gerentes inmediatos durante la crisis.

En una entrevista con los analistas de McKinsey, David Schwimmer, director ejecutivo de London Stock Exchange Group, describió la necesidad de nuevas cualidades de liderazgo: “Mi función ha cambiado. La gente busca en mí un tipo de liderazgo diferente. Se trata de un entorno en el que se establece una estrategia y liderazgo empresarial basados en las decisiones de las personas. En este entorno, se trata de ayudar a las personas a mantener la ética, a que estén preparadas para lo que pueda surgir frente a la incertidumbre, se trata de alentar a las personas y ayudarlas a mantenerse enfocadas en nuestros objetivos”. Añadió: “Ese es un modelo de liderazgo totalmente diferente y se mantendrá, cambiará mi forma de operar y las expectativas de cómo nos comunicamos en todo el grupo”.”

La mayoría de los líderes empresariales encuestados (86%) por el World Economic Forum piensan que hoy en día existe una crisis de liderazgo en el mundo. Cuando se les preguntó qué habilidades necesitan los líderes para recuperar la confianza de sus organizaciones, los encuestados dijeron que estos necesitaban fuertes habilidades de comunicación; priorización de la justicia social y el bienestar sobre el crecimiento financiero; empatía; coraje; ética; y naturaleza colaborativa.

La sociedad y las plantillas de todo el mundo se centran cada vez más en factores humanos como la salud mental, la inclusión y la reducción de la brecha salarial de género. Estos cambios requieren una nueva actitud y enfoque de liderazgo. Las empresas ya han reconocido la necesidad, por eso las estimaciones sitúan la inversión global en desarrollo de liderazgo en más de 300 mil millones. Los profesionales de RRHH pueden hacer mucho más para que ese aprendizaje sea eficaz y pueda incorporar habilidades de modo que las personas y la organización continúen beneficiándose de las habilidades de liderazgo.